Hablemos de Adopción, Siempre!

domingo, 8 de noviembre de 2009

Hablemos de adopción, organizado por CEDEA.

Durante septiembre y octubre, CDEA, Centro de Estudios de Adopción en Guadalajara, Jalisco, México, llevó a cabo el taller “Hablemos de adopción”, cada una de las pláticas en el mismo estaban orientadas a los padres adoptivos desde el marco legal hasta el espiritual tomando como eje central los beneficios, derechos y obligaciones en la adopción.

Agradezco el honor de poder compartir mi historia y experiencia con el tema “La búsqueda” que tiene que ver con la necesidad de identificar el origen por parte de los hijos adoptivos. Mi intención fue darles la tranquilidad de que somos pocos los que buscamos nuestro origen cuando vivimos en una familia amorosa y si lo hacemos es solamente para esclarecer la duda de “¿a quién me parezco?” o quizá entender “¿porqué me abandonaron?”.

En mi vida he escuchado varias historias de hijos que emprenden esta búsqueda, sin embargo, la mayoría lo hacemos con el mismo fin y no tenemos la intención de quedarnos con la otra familia, finalmente, ¡familia ya tenemos!

En una de las sesiones previas, después de tocar el tema “Perspectiva moral” una madre que tiene dos hijos adoptivos nos compartió su testimonio, su historia es realmente feliz y llena de amor, la frase con la que me quedo yo después de escucharla es “con la adopción todo se arregla”.

Ella explicó porque es que todo se arregla con la adopción, como todos se ven beneficiados de la misma, esto es algo con lo que estoy completamente de acuerdo:

Para los progenitores; los progenitores que no pueden tener al hijo/hija en su vida por las circunstancias, cualesquiera que sean, se les arreglan las cosas y siguen con su vida.

Para los padres; porque tras tomar la decisión de querer tener un hijo/hija llega este nuevo ser a sus vidas para cumplir el deseo de ser papás. Tienen además la oportunidad de guiar a un ser en su camino de vida con todo su amor y darle todo lo que está en ellos para que sea una persona de bien.

Para el niño/niña; a pesar de vivir el rechazo y abandono de sus progenitores, llega al lugar al que tiene que llegar, a una familia amorosa donde es deseado, amado y lo ayudarán a lograr una buena vida.

En resumen, me da mucho gusto saber que habemos muchas personas que creemos que la adopción es un excelente camino y que lo vemos con un enfoque positivo que beneficia a todos los involucrados en este proceso, “¡con al adopción todo se arregla!”.

Felicito a todos los padres que asistieron a este taller por el amor que demuestran y por tener el valor de afrontar sus miedos y dudas para lograr una familia mejor en compañía de sus amados hijos/hijas.

El amor que ellos demuestran por sus hijos y las ganas de ser mejores padres, me ayudan a entender más a los míos y a agradecerles día a día su amor y se que a pesar de no conocer la verdad por medio de ellos, entendí mejor su intención de amor al no hacerlo.

Mónica Castañeda Urrutia.
Noviembre 08, 2009

domingo, 1 de noviembre de 2009

Inquietud de origen

Al leer “Una mejor oportunidad” algunos se han quedado con preguntas, donde retomando parte de la historia platico cómo termina la inquietud de origen.

El texto es realmente un homenaje a mis padres y el amor que ellos me dieron. La continuación de esta historia es “La inquietud de origen”.


Siempre tuve la sensación de que algo no estaba bien, aunque todo estaba aparentemente muy bien!! Recuerdo claramente que a mis 15 años pensé; “yo no soy hija de mis Papás y no les voy a preguntar nada, sería lo peor que yo podría hacer, entonces… ¿de quien soy hija? A mi Papá no me parezco y a nadie de su familia, ni poquito. A mi Mamá no me parezco aunque a su hermana sí, pero la hermana de mi Mamá es una señora casada, con una familia bien, tiene hijos, no tendría porque haberme dejado, si tiene 4 o 5 hijos, porque me hubiera dejado a mí, si no soy su hija, entonces, soy hija de su hija, ¡de mi prima!” Pensé eso porque me parecía mucho a ella y es la única persona con la que físicamente encajaba, tenia que parecerme a alguien para sentirme bien!

Jamás fui capaz de preguntarles a mis padres, yo creía que no era su hija, ¿De quien seré hija? ayúdenme a buscar a mi papá o mi mamá. Aunque era una adolescente decidí no preguntarles jamás y nunca lo hice, los hubiera lastimado, esa no era una opción, pasaron los años, y sigo pensando que ellos se fueron muy pronto en la vida.

Mi Papá murió; al año y medio, mi Mamá. Cuando mi Mamá estaba en su lecho de muerte, unas amigas de su juventud llegaron diciendo que mi Mamá tenia algo muy importante que decirme para poder seguir en la vida…… mi Mamá ya no podía abrir los ojos y ellas dijeron: “Blanca, que le tienes que decir a Mónica” ella se inquieto, no podía, le costaba mucho trabajo. Yo pensé que no había nada malo en nuestra familia, nada que esconder; lo único era ese pensamiento que yo tenía desde hace tiempo, tome de la mano a mi mama y le dije: Gorda yo te lo voy a decir, “¿Tu no eres mi Mamá verdad?” Mi mama abrió los ojos y me dijo “tu no tienes mas madre que yo” a lo que respondí, “claro gorda, eso yo lo se”.

Las amigas se sorprendieron y me preguntaron si yo ya lo sabía, entonces les pregunté, ¿entonces quien es mi mamá? Las señoras dijeron que fue una sobrina de mi Mamá y un muchacho que se veía mucho en el espejo, enseguida me entregaron una tarjeta con los datos de mi padre biológico.

Esos días fueron muy difíciles, si tuve la curiosidad de conocerlos, sobre todo al padre biológico, finalmente a la madre biológica ya la conocía, era mi prima. A pesar de tener la intención de conocerlos, no es algo que planeaba hacer inmediatamente.

Un día estaba yo pensando en todo lo que había pasado y decidí llamar a mi prima para decirle que sabía que ella era mi madre biológica, porque finalmente, era un hecho, una realidad, ¡y yo lo sabía! Tomé el teléfono, marque y ella contestó muy alegre y entusiasta como siempre era conmigo; después de saludarla le dije: “Te llamo porque ya se que eres mi madre biológica” ella empezó a gritar y a llorar descontrolada, “no, no, no”, su esposo tomo el teléfono y me pidió que por favor no la molestara, yo no podía dar crédito a lo que escuchaba.

No se como sucedió, de verdad no lo recuerdo, nos encontramos y empezamos a platicar ella y yo, tuvimos dos platicas que siguieron a esa llamada.

La primera me pidió perdón llorando desquiciadamente a lo que yo le respondí que no había nada que perdonar y le agradecí que no me hubiera abortado, también agradecí a Dios y a la vida por haberme puesto en manos de los hermosos Padres que me toco tener, le sugerí que no se angustiara y que olvidara todo eso, ella insistía, en ser mi madre hasta que le respondí, “no, no, no, yo Mamá tuve y muy linda Mamá.” Ella quedó molesta, sin embargo, yo había definido el límite.

De la segunda plática solo recuerdo verla a ella con ojos expresivos diciéndome que ese muchacho había sido su novio e iba a su casa, también agregó que esa no era una buena relación. Ella además recalcó el hecho de que fui niña y no sabría que hacer con una niña. Dijo “Era muy difícil para mi, me podrías quitar a mi novio! Yo no podía tener una niña!” En esa ocasión ella me ayudó a entender que ella estaba mal, enferma y no tenía corazón, sus palabras eran hirientes y desagradables. Me dieron ganas de llorar, sin embargo, había algo que impedía que ella me lastimara, el amor de mis padres, “GRACIAS Dios, que no estuvo junto a mi mientras crecí”.

Al mismo tiempo la vida estaba acomodando las cosas de una forma impresionante para que también conociera a mi padre biológico, a él no tuve ni siquiera que ir a buscarlo. A pesar de ser de la Ciudad de México, estaba en Guadalajara, cerca de mí, su hijo resultó ser alumno mío y por fin se presentaron las situaciones para que nos conociéramos. Él, al igual que ella, lloró pidiéndome perdón agregando que había sido un tonto inmaduro. Me aclaró que yo había nacido de mucho amor entre ellos dos. Me contó como habían sido novios e inmaduros, que la relación que ellos tenían era muy dañina y de haber seguido juntos hubieran terminado matándose.

Después de esto pensé que él por lo menos había sido considerado conmigo, además, tuve la oportunidad de convivir con el por un corto tiempo en el que me pude dar cuenta que el tenía reacciones parecidas a las mías, aunque yo si las podía controlar. Era una persona con actitudes negativas, soberbias, era hiriente, incluso, maltrataba a su familia, era completamente diferente a mi Papá que fue un hombre tranquilo, prudente y amoroso.

Por fin tuve la oportunidad de conocer a mis padres biológicos y entendí muchas cosas que tienen que ver con mi origen, físicamente me parecía a ella y en ciertas actitudes negativas a él, de cualquier forma el amor de mis padres y su ejemplo me ayudaba a controlarlas.

Hoy en día entiendo que la genética es lo menos relevante y que cada uno de nosotros es el resultado del ejemplo que vivimos en casa, mis Papás siempre fueron amorosos conmigo y GRACIAS a su ejemplo es que el día de hoy estoy viviendo una vida maravillosa. Si bien es cierto, es importante conocer el origen y satisfacer esa necesidad humana, lo más importante que queda en la vida es el AMOR de los padres y lo que sus enseñanzas nos llevan a vivir día a día.

GRACIAS Gorda, GRACIAS Gordo, los amo.


Mónica Castañeda Urrutia
Octubre 2009