Hablemos de Adopción, Siempre!

sábado, 22 de diciembre de 2012

Evitando el dolor

 
Gracias a la tecnología, específicamente a Facebook hace un par de semanas encontré a una de mis amigas de la infancia; me dio mucho gusto reecontrarla y enseguida contacte con ella, nos pusimos al tanto de nuestras vidas después de mas o menos 20 años de no saber nada de nosotras.
Entre de lo mucho que hablamos, le platique la forma en la que me entere de que había sido adoptada, que fue justo al morir mi mamá. Ella con mucha pena y preocupada se disculpó por no habérmelo dicho antes, porque precisamente ella desde aquel entonces lo sabía.
Me contó que en alguna de las reuniones familiares, alguien comento que yo era adoptada; ella le pregunto a su mamá si era cierto lo que había escuchado, a esto su mamá lo confirmo, más le dijo que me lo ocultara puesto que mis papás no querían que yo me sintiera diferente. Debo decir que no me sorprendió lo que me dijo, pues otra de las cosas que siempre sentí es que había gente que sabia algo de mí que yo no sabia.

Esto es en realidad lo más que yo se a la fecha que mis papás expresaron al respecto, yo siempre sentí que quisieron protegerme, yo siempre sentí su amor, ahora los comentarios de mi amiga me ayudan a confirmar mis sospechas de que ellos querían protegerme, ellos querían evitarme el dolor de sentirme diferente.

Es increíble que precisamente todo eso que ellos hicieron para que yo no me sintiera diferente fue exactamente mucho de lo que hizo que yo en ese tiempo sintiera que algo “no estaba bien conmigo” cuando en realidad todo estaba muy bien, yo me sentí una niña diferente por mucho tiempo, hasta que supe la verdad, se aclaro mucho de mi historia y entonces llego el momento en que decidí que lo tenia que arreglar.

¿ Podrá realmente evitarse el dolor a la hora de hablar con un niño de su origen que esta basado en un evento triste, complicado, o hasta cruel ?

Yo pienso que como padre o madre si podemos encontrar la manera de evitarle el dolor a un hijo que llego a nuestra familia por medio de la adopción.

¿Como?
Preparándose para hablar con el o ella, reflexionando acerca de todas esas emociones que como padre o madre les puede bloquear o torcer el camino y entonces querer recurrir a la fantasía y/o a la mentira o tal vez a decidir posponer otro día más esas platicas sumandose al paso de los años.....
Tal vez ayudaría pensar que el dolor se puede ir resolviendo poco a poco, desde temprana edad, lo mejor es buscar ayuda profesional para de esa manera hacer
!más ligero el camino y mucho más corto! Esto para poder disfrutar del presente y lograr un futuro mejor.

El pasado no puede cambiarse, solo se cambia la interpretación y el modo que tenemos de verlo”

Dr. Milton H. Erickson
Psiquiatra y terapeuta Familiar

Cada persona es única, cada familia es única, lo importante es buscar soluciones, resolver y seguir adelante en la vida.

Despido este año muy contenta pues cada vez somos más los que estamos conscientes de las situaciones especiales que en la adopción nos podemos encontrar : )

Quiero agradecer al DIF jalisco, en especial a la Lic. Isabel Gudiño Lions y también a la fundación Tiempo Nuevo de Guadalajara, en especial a la Sra. Atala Ruiz Manzur y la Lic. Rosi Camacho por invitarme a colaborar en sus talleres para padres y/o futuros padres adoptivos.

Les deseo muy felices Fiestas Navideñas y un muy feliz año 2013!!! en el que seguiremos Hablando de adopción.

¡Gracias por leer!

: )

Mónica Castañeda U.




jueves, 22 de noviembre de 2012

Hablar con la verdad


No hace mucho tiempo, al terminar una participación en un taller para padres adoptivos, un futuro padre me pregunto: ¿Mónica crees que el problema en el cual los padres no hablan con la verdad a su hijo, ya no es un problema actual?

Me hubiera gustado mucho poder contestarle afirmativamente, decirle que eso es algo del pasado, mas no pude hacerlo pues en realidad es algo que se sigue presentando.

Yo nací en los sesenta y en ese tiempo las adopciones mayormente eran ilegales; en realidad no he conocido un caso de alguien de mi edad que haya tenido una adopción legal. En aquel tiempo registraban al bebe bajo su nombre como si hubiera sido su hijo/a biológico. En muchas ocasiones empezaba una vida de la mano de un secreto, se resolvía como comúnmente se dice “tapando el sol con un dedo”. Algo que por mucho tiempo nadie me dijo y yo siempre supe, ya que siempre lo sentí, como lo he platicado en otras ocasiones.

Viví en un secreto que hizo incluso que en algunas ocasiones, me sintiera ajena a determinado círculo en el que otra gente si estaba. Por ejemplo, alguna ocasión cuando mi mamá estaba hablando con alguna persona la cual no podía tener hijos, ella le sugería: “Deberías adoptar” mirándome justo en ese preciso instante. Una de las cosas más difíciles para mí en ese momento, fue escuchar a mi mamá decir esa frase con tanto amor y diferenciar su mirada de una mirada común.

Hablar con la verdad es uno de los temas más difíciles que hay, especialmente en las familias formadas por medio de la adopción. He conocido casos hoy en día en los que los padres afirman que la verdad es algo que siempre han manejado desde casa, pero lo que se maneja en realidad es una “verdad” endulzada o exagerada y cuando esto sucede, entonces esa ya no es la realidad. Hablar con la verdad es un tema tan complicado en la mayoría de las ocasiones porque detrás de una adopción hay historias difíciles, fuertes y a veces hasta crueles.

Hablar del abandono no es un tema fácil, hablar de la muerte de los padres biológicos en circunstancias terribles, de maltrato, de descuido o de abuso, por mencionar solo algunas de las situaciones que se encuentran continuamente detrás de una adopción; en ocasiones es prácticamente imposible. Dialogar con un niño puede resultar un tema que a los padres les puede parecer simplemente fuera de lugar, les puede parecer cruel, incluso hasta atroz. Si los padres no tienen conocimiento y preparación para hacerlo, tienen razón en sentir miedo. En ocasiones se decide día a día posponer la verdad, cuando lo peor que se puede hacer es precisamente eso, posponerlo, esperar a que crezca para que así pueda entender, eso puede parecer lo más sensato y lógico, sin embargo no es así, es una medida que daña, que vulnera, será una mentira con la que el/la hijo adoptivo vivirá durante su niñez, eso lastimará y causará un daño. Imagina por un momento que tus padres te mientan con tanto amor y además te engañen. Siempre hay que tener en consideración las consecuencias de esto mismas que son las que vivirá el hijo/a adoptivo que creció con tanto amor de parte de sus padres.

En realidad, hablar con la verdad puede ser algo mucho más sencillo de lo que la mayoría de la gente piensa, yo estoy de acuerdo con lo que dicen los expertos, lo mejor es resolver lo más difícil y doloroso durante la niñez, claro, poco a poco y siempre respetando la edad. En mi opinión la mejor manera de hacer esto es con ayuda de un terapeuta que conozca y entienda el tema del abandono y de la adopción. Es aquí que me atrevo a comentar que solo algunos terapeutas pueden ser de ayuda en estos casos, insisto es importante que sea un terapeuta que conozca del tema, y es todavía mas importante que la terapia de resultados a corto y mediano plazo, pues si no es así, ¿cuál seria el caso de tener ayuda profesional? También es muy importante saber que esto será una medida temporal y por etapas. Lo cierto es que el mejor momento para solucionar este tema definitivamente es antes de la adolescencia, pues es ahí cuando empiezan otros procesos psicológicos en el ser humano que suelen desestabilizar, es una época en la que empiezan a integrar su identidad y un/una joven adoptado/a tiene, por explicarlo de cierta forma, una carga doble que tendrá que resolver y acomodar durante esos tiempos tan turbulentos.

Esto es parte de mi misión en la vida, hacer saber a las personas que ocultar información a su hijo respecto a su origen es mentir; endulzar los hechos es mentir; exagerar los hechos es mentir; y me parece importante que las personas recuerden que el niño en realidad ya lo sabe todo, pues ¡él es quien lo vivió! Quizá no lo tenga en un nivel consciente, pero aun así ¡lo sabe!
Prepararse y buscar ayuda para resolver en el mejor momento las situaciones difíciles y dolorosas que conlleva la adopción, puede traducirse en una gran diferencia para disfrutar en familia y sobre todo para que los niños que han sido adoptados logren vivir una vida plena y feliz día con día.

Gracias por leer!   ;  )

Mónica Castañeda U.

lunes, 22 de octubre de 2012

Un regalo de la adopción

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En algunas ocasiones me entero de que en la actualidad algunas adopciones salen mal, creo que para muchos no es ajeno el caso que comento. Hay algunas parejas que aparentemente padecen de esterilidad y deciden adoptar, justo cuando empiezan a vivir la paternidad adoptiva sucede lo que antes de adoptar jamas sucedio, ¡un milagro! se presenta un embarazo y se convierten de nuevo en papás solo que ahora son padres biológicos, se llenan de felicidad y amor porque cuando menos lo esperaban, llego un hijo.

Cualquiera diria que lograron cumplir un sueño hasta el día que por fin adoptaron y ya tenían una familia formada, cualquiera diria que es un evento feliz y tal vez asi es para muchas familias, desgraciadamente, me entero frecuentemente que este es un evento feliz para todos menos para el hijo adoptivo, curiosamente, para quien trajo a sus padres el regalo de la paternidad por doble partida, quien les dio la tranquilidad para poder procrear es el menos feliz y menos afortunado en todo este proceso.

Lo digo porque es una situacion que en mi opinión se torna triste e injusta pues cuando algunas de estas parejas tienen a su segundo hijo solo se concentran en el biológico olvidando y descuidando, e incluso haciendo graves y grandes diferencias entre su primogenito por medio de la adopcion y su hijo biológico. Es como si por este evento tan hermoso como el de poder por fin haber dado vida a un ser, les borrara todos los motivos tan poderosos que los llevo a adoptar.

¿Qué será lo que esas parejas hicieron desde un principio que cambian su actitud tan drasticamente?

¿Será que adoptaron a un niño con el prejuicio bien insertado en sus corazones de que en realidad ese no era su hijo?

¿Será que mintieron y se engañaron durante todo el proceso de adopción y ocultaron su verdadera motivación para adoptar?
Tal vez así fue, pues en cuanto tuvieron un hijo “de su sangre”, su actitud y su amor de padres desaparecieron en un instante.

Me quedo pensando lo injusto que es esa situacion para un niño que llegó a su familia por medio de la adopción, quien les dio el regalo de lograr una familia, de vivir la paternidad y maternidad biológica a sus padres y cuando sus vidas llegaron a ese punto, fue que por fin pudieron lograr un embarazo exitoso, ¡increible! Tantos años intentando una y otra vez sin éxito, tantos tratamientos fallidos mes con mes durante años y nada. Solo cuando fueron familia por medio de la adopción es que pudieron lograr concebir, por fin lograron el anhelo después de tanto tiempo, ganas, deseos, esfuerzo y tristeza. Para mi la adopción en ocasiones le da el regalo de la maternidad y paternidad a una pareja, asi tal cual, y algunas personas no lo valoran así.

Hay personas que cuando por fin conciben sienten que ese niño que adoptaron es un estorbo en sus vidas, que ya no lo necesitan, pues ya son padres biologicos, finalmente tienen lo que tanto desearon y nunca habían podido lograr, hasta que fueron padres por medio de la adopcion.

Estoy convenciada de que vale mucho la pena reflexionar en esto, pues yo me he enterado de esos casos recientemente y en pleno 2012 se siguen presentando en parejas que cambian totalmente sus ideas y sus “sentimientos” hacia un niño/a cuando justamente el o ella es quien les dio el regalo por el cual sus vidas ahora son mas plenas y felices, el regalo de ser papás.


Mónica Castañeda Urrutia

sábado, 22 de septiembre de 2012

Prejuicios y malos entendidos alrededor de la adopción


Desde que puedo recordar he escuchado a la gente hablar de adopción, tristemente lo que tengo más presente es que en todas esas ocasiones los comentarios fueron lastimosos, tristes, y en muchas ocasiones hasta crueles.

Hoy en día, las cosas han mejorado un poco, tal vez porque la tecnología a ayudado a que se conozcan cada vez más de familias formadas a través de la adopción, nos enteramos de personas famosas que adoptan o hijos/as adoptivos hablando de su historia y lo que vivieron durante su adopción. En otras ocasiones, también algunos profesionales enfocados en adopción comparten algunas buenas ideas de cómo vivir mejor apoyando a las personas a superar los miedos respecto a la adopción que en su mayoría fueron inculcados de generación en generación y muchos de ellos llegaron a la conclusión de que esas actitudes y creencias solo lastiman y dejan mucho dolor. En realidad nuestros padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos son los que nos han transmitido mucho de lo que somos hoy, una buena parte la transmitieron con palabras, sin embargo, lo que más se graba es lo que nos transmitieron con actitudes, con su ejemplo.

En mi opinión todavía falta mucho por hacer en todo lo que rodea a la adopción para erradicar los prejuicios, malos entendidos, lenguaje negativo, etc. Este tema es realmente extenso, por eso, solo abarcaré una pequeña parte. Les compartiré lo que he encontrado en el día a día, se que muchos de ustedes han escuchado más que eso, los invito a que escriban comentarios con lo que han escuchado y queremos que cambie.

Estas frases las escuche en los últimos 6 meses
  • La gente me ha dicho que no adopte porque “esos niños/as” lo maltratan a uno y hasta te pueden golpear cuando son grandes.
  • Quiero adoptar, solo que no he hecho nada porque uno no sabe lo que traen ya en la sangre!! ¿Qué tal que me sale un asesino/a?
  • Con esos niños que se pueden adoptar tu nunca sabes que te puede salir, pues no se sabe quienes eran sus padres, si eran drogadictos, alcohólicos o delincuentes, o peor aún, !todo eso junto!
  • Quiero tener un hijo, solo que no podría querer a alguien que no sea de mi sangre.
  • Que tal que cuando crezca se va con sus padres biológicos.

A veces reflexiono en estos comentarios tan fuertes, y me pregunto de donde surgen estas ideas tan desagradables.

Las preguntas que me llegan a la mente son algunas de estas:
  • Por qué un hijo querría maltratar a sus padres si ellos lo trataron con amor, respeto, le dieron su apoyo y orientan siempre en la vida.
  • Existe acaso algún estudio científico que demuestre claramente que la genética transmite la personalidad de un individuo y asegura cual sera su comportamiento, a la fecha no se ha demostrado que sea únicamente la genética la responsable del comportamiento.
  • ¿Será que el inicio de la vida de un ser humano determine sin lugar a dudas su futuro? Usando el ejemplo de los bebés que durante la gestación su madre ingirió drogas o alcohol, aún así esto no es determinante en su futuro, tener un inicio así en la vida no es tu destino de vida, es simplemente una desgracia que ya pasó y eso es diferente a que el bebé será alcohólico o drogadicto.

A lo largo de tu vida, por lo menos una vez te encontraste con una persona que no es tu familiar, que es ajeno/a ti, no tiene ningún tipo de relación contigo, es más inicia como un total desconocido, aún así, llego el momento en la vida en la que te enamoraste y quizá decidiste iniciar una vida a su lado, ¡Siendo un total desconocido! Aún sin conocerlo, le abriste las puertas de tu casa, lo invitaste con tu familia y ahora lo consideras parte de tu familia y ¡Era un desconocido! Ahora, imagínate que hace diferente que puedas amar a una persona pequeña e indefensa que llegó a tu vida para alegrarla y recibir amor mientras te da amor, ¿ahora ya suena más posible?

Para cerrar, cómo es posible que un hijo adoptivo deje a sus padres si sus padres le dieron amor, cuidado, tolerancia y apoyo, lo cuidaron y acompañaron día a día durante toda la vida y estuvieron cuando más los necesitaba! Cuando la vida es así en la adopción, es fácil dejar el miedo atrás y entender que siempre serán tus hijos/as a pesar de que llegue el momento en el que quiera conocer su origen y a sus padres biológicos, siempre volverá a tu amor y cuidados.

La mejor forma de cambiar estos prejuicios que surgen en torno a la adopción es a través de nuestro ejemplo y de nuestras palabras, hablando constantemente de adopción y de tu experiencia como padres adoptivos para ayudar a las demás personas a conocer más del tema y eliminar sus prejuicios que mayormente nacen por desconocer totalmente todo lo que rodea a la adopción. 

Por eso Propongo hablar de adopción para ayudar a erradicar los prejuicios y malos entendidos que todavía existen alrededor del tema.

Mónica Castañeda U.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Una madre sensible


Me interesa mucho entender lo mas posible la adopción y todo lo que la rodea porque de esta manera se que va a ser mucho más atinado lo que se puede hacer para vivir mejor.

En mi opinión cuando hablamos del óptimo desarrollo físico y emocional de los niños/as es posible reducirlo a lo sensible que la mujer que se convierte en madre sea hacia su hijo/a. La mayoría de las mujeres no están 100% preparadas ( Aquí me incluyo yo, claro ) para cuidar al nuevo ser que traen al mundo, sin embargo, la mayoría están completamente dispuestas y comprometidas para hacer su mejor esfuerzo y aprender a desempeñar cada día mejor su rol de madre. Aún dentro de situaciones adversas la mayoría de las mujeres saben dentro de sí que cuentan con uno de los recursos más importantes para su bebé, la capacidad de amarlo y hacer todo lo que esté dentro de su capacidad, por más limitada que esta sea, para procurar su bienestar. Muchos conocemos historias de mujeres valientes, guerreras decididas, que lograron sacar adelante a sus hijos/as a pesar de la adversidad, es probable que incluso conozcamos a una de estas mujeres excepcionales, que lejos de ser perfectas fueron madres que hicieron todo lo posible y más por el bienestar de sus hijos/as.

En muchos de los casos de adopción la madre biológica no cuenta con los recursos emocionales, psicológicos y/o económicos para proveer el bienestar a su hijo/a por un sin fin de razones que pueden ser muy variadas. Comúnmente detrás de una adopción encontramos historias de vida muy difíciles, muy fuertes, que a pesar de reconocerlas, no entraré en detalles. En este escrito me concentraré en la persona más desprotegida en esta situación, el niño/a/a abandonado o entregado en adopción.

Hay estudios que han demostrado que el niño/a siente el abandono de sus padres biológicos, experimenta esa separación, especialmente la de la madre, esta es su realidad de vida durante los primeros años. Para entenderlo, o tal vez, para creerlo es necesario recordar que el ser humano recién nacido se encuentra totalmente indefenso y necesita el amor y los cuidados de su madre (idealmente), o de una persona que actué como tal para sobrevivir. Ese amor, cariño y cuidados, le ayuda a pasar un tiempo por el cual se dan procesos fisiológicos muy importantes, lo más importante es que genera la base, el cimiento, para su desarrollo emocional principalmente durante sus dos primeros años de vida.

La mayoría de los bebés que son cuidados por su madre reciben desde el vientre cierto cuidado que continúa principalmente durante los dos primeros años de vida. Estos cuidados son un factor definitivo para el desarrollo emocional y físico. Al nacer, la madre toma en sus brazos al bebé, lo acerca a ella, le da muestras de amor, habla con él, lo mece y alimenta, además, instintivamente lo tiene cerca de su corazón, mientras lo amamanta, alimenta y conforta. Eso es proveer con todo lo que un bebé necesita para aprender al inicio de la vida y formar lo que sera una especie de mapa que lo guiará al crecer y relacionarse. Esto es algo que un niño/a/a abandonado y posiblemente adoptado no tendrá jamás y por consecuencia, el mapa que menciono será mucho más complejo de formar y tomará mucho más tiempo lograrlo.

Los bebés que se desarrollan tranquilamente en el vientre de una mujer que lo desea y que al nacer cuida de él, arrulla, alimenta y atiende, enseñándole a sentir la cercanía, tono de voz y el calor del contacto, han demostrado promover el desarrollo emocional y físico estable del bebé en cada uno de los procesos que está viviendo y le ayudará a poder concentrarse, comunicarse, responder, confiar en otros, soportar la frustración y aprender de sus propias experiencias. Esto es lo que los expertos llaman competencias básicas para construir una personalidad estable.

Esta situación de carencia de amor y cuidados se presenta mucho en los niños/as adoptados, más aún cuando fueron adoptados mayores, sin embargo, también le sucede a niños/as que crecen con su madre biológica y ésta es incapaz de establecer una relación de amor y apego con su hijo pues tampoco tiene los recursos antes mencionados para criarlo. Entonces, esta condición afecta tanto a los hijos/as adoptivos como a los biológicos y depende mayormente del tipo de contacto que tuvo con la madre en los primeros dos años de vida. En el caso de los que fueron cuidados por sus padres se presenta el abandono presencial, esto es, están abandonados a pesar de vivir con ellos. Esto es algo que lastima mucho a un ser humano, son niño/as que conocen los malos tratos, el descuido, el abuso y si tienen suerte serán separados de sus padres y puestos en casas hogar u orfanatos, en donde al menos vivirán más tranquilos y con una oportunidad de ser adoptados.

En consecuencia, es lógico entender que estos niños/as tienen una situación especial que requerirá atención profesional especializada porque en su momento más indefenso y vulnerable carecieron del cuidado que requerían.

Ahora, también es igual de importante entender que la mayoría de los niños/as con un comienzo difícil en la vida como el que describo, SI cuentan con la capacidad física y emocional para recuperarse y sanar emocionalmente, más aún los que ya están en una familia en la que sus nuevos padres son sensibles a su condición, lo aman, lo respetan incondicionalmente y están enfocados a lograr que la supere. El hecho de que un proceso así pueda ser exitoso no es casualidad, es un proceso para el cual se necesita conocimiento, preparación y ayuda profesional, también es importante recalcar el valor que tiene la forma en la que se maneje su historia y el tema de adopción en general ya que la perspectiva que tenga de la adopción la formará con el día a día.

Qué hacer con un hijo adoptivo que viene ya con una historia, con una herida.
Independientemente de si es bebé o ya mayor, lo mejor es trabajar en formar un apego seguro, ¿cómo? Ayudándolo a aprender a vivir de una manera diferente a la que conocía hasta el día en que llego a tu familia por medio de la adopción, ayudarlo a entender y verbalizar sus emociones, al mismo tiempo que las respetas con mucho amor. Hablar con la verdad, ser paciente, darle cuidados y apoyo día a día, física y emocionalmente son los puntos cruciales para que pueda recuperarse y realmente lograr una vida mucho mejor.

En muchas ocasiones cuando los papás reciben un bebé pareciera que lo que quieren es olvidar la historia, en muchos casos ocultarla, desconociendo por completo la herida que sufrieron al nacer. En muchos casos he escuchado padres adoptivos que mencionan que su amor será suficiente para que lo supere y evaden la atención a esta condición que se puede revertir con la atención necesaria. Otros papás que conozco piensan que hablar con un bebé es absurdo, y más aún hablarle de su adopción, la finalidad que esto tiene es la de formar el lazo con los padres al tiempo que les da la seguridad de hablar del tema como algo cotidiano.

En el caso de las adopciones de niños/as mayores los padres normalmente buscan integrarlo por completo y de inmediato a un medio ambiente establecido para niños/as de su edad, así como a su círculo familiar y social. En la escuela lo quieren colocar en el grado que por edad, “le corresponde”, y además, esperan que tenga buena notas, en caso de no tenerlas, lo tienen en clases adicionales para que “se ponga al corriente con los de su edad”, mientras que también tiene que socializar y ser el hijo/a que ellos esperan que sea.

En ambos casos lo más importante es entender que el niño/a tiene una condición especial, que está viviendo un duelo y que su desarrollo emocional ha sido mermado por este abandono.

Por último recordemos una cosa, esta condición se presenta tanto en hijo/as adoptivos como en biológicos y en todos los casos siempre se puede mejorar, es cuestión de reconocer el abandono que tu hijo/a sufrió, el duelo por el cual posiblemente esté pasando y tomar acciones para ayudarlo a superar dentro de lo cotidiano esta situación al tiempo que buscas ayuda profesional especializada o enfocada en adopción.

Mónica Castañeda Urrutia

domingo, 22 de julio de 2012

Mis cumpleaños



Resultó que nací un día diferente al que siempre celebre… esto lo supe cuando hable con mi progenitora y lo corroboré poco tiempo después también al hablarlo con mi progenitor. Aunque la verdad lo sospeche antes por un comentario del hermano de mi papá que vino a la ciudad cuando mi papá murió, esto sucedió hace ya muchos años, en 1994, estaba yo platicando con mi tío como fue algo curioso que el último día que vi a mi papá con vida fue el día de mi cumpleaños. Mi papá murió dos días después en un viaje de vacaciones con mi mamá, entonces mi tío dijo, “el cumpleaños de mi mamá también era el 14 de Mayo” ¡Yo me sorprendí mucho! y no disimulé, le pregunté: “¡¿Cómo?! el cumpleaños de mi abuelita era el 14 de mayo también; el respondió que si, me quedé helada en silencio pensando; cómo es posible que naciera el mismo día que mi abuelita y nadie me lo dijo nunca! una coincidencia tan feliz!!! no lo entendí. Recién lo habíamos enterrado un día antes y no podía entender cómo jamás mencionó algo que sería tan importante, una coincidencia tan espectacular, mi abuelita murió cuando yo estaba muy chica aun así  eso me dolió y me desconcertó así que lo deje de pensar.

Fue realmente doloroso darme cuenta que mi papá, a quien amé tanto, me mintiera durante tanto tiempo, lo más doloroso fue saber que me dio todo su amor, su tiempo, tanto cariño y apoyo en la vida cada día de su vida al mismo tiempo que me mentía. El me dio todo lo que tenía, incluso, después de que el murió. Aún así tenía que tratar de entender que me mintió, que me ocultó información tan importante de mi historia.

¿Por qué me mintió mi papá? ¿Por qué me dejo vivir en un secreto? Estas son preguntas que me costo mucho, pero realmente mucho trabajo formularme, me costo más aún responderlas y aclararlas. Dentro de mi corazón yo se que su intención fue de amor, no entiendo claramente la razón, pero se que decidió mentirme con todo su amor aunque eso no fuera correcto, decidió ocultarme la verdad y que yo viviera sin saber. Eso me dolió tanto, estoy segura que en su momento lo valoró y a través del camino siempre encontró la forma de constatar que eso era lo mejor que el podía hacer. Lo se porque lo viví cada día durante mucho tiempo, sobre todo, durante el tiempo en que yo mas necesitaba amor, cuidados, apoyo....... mi niñez.

Con todo esto que sentí y viví con mi papá, no cabe dentro de mi ni un segundo de coraje hacia él, no cabe ni ha cabido dentro de mi un mal pensamiento hacia él, solo por un buen tiempo sentí tanto dolor, tanta tristeza al enfrentar esa realidad.

Si él y mi mamá hubieran sabido que yo tenia un duelo desde el día que mi “madre biológica” me dejo en sus brazos, si hubieran sabido decirme la verdad poco a poco, conforme fui creciendo, ayudándome a entender y superar ese dolor.... desafortunadamente, así no sucedió y todo eso lo tuve que enfrentar sola cuando ellos ya no estaban.

Para mi lo más importante es que lo superé : ) que su amor me ayudó mucho para lograrlo. Su amor me dio la fuerza para hacerlo.

Entonces hoy, 18 años después, para mi en realidad, mi cumpleaños es el 14 de Mayo, pues ese día fue uno de los mejores días de mi vida, ese día representa para mi el momento en que mis papás me tomaron en sus brazos y me llevaron a vivir una vida con mucho amor, cariño y atención, y más aun, apoyo para lograr hacer una vida dentro de una familia, que si bien no fueron perfectos y atinados a la hora de manejar mi historia de abandono y adopción, en realidad me dieron lo más importante que hay, un ejemplo de de vida con mucho esfuerzo y amor.

Mónica C. U.

viernes, 22 de junio de 2012

Entendiendo el abandono


La verdad es que sé que voy a tocar un tema muy polémico que está directamente ligado a la adopción. A mí me parece que es muy respetable lo que cada persona piense al respecto, solo que hay cosas que solo son lo que son. Y cuando hablamos de adopción, no podemos dejar de hablar y de pensar en que para que la adopción exista como tal, tuvo que haber antes un abandono, tuvo que haber existido un niño que quedó en estado de desamparo total. Es también muy cierto que no siempre la adopción se presenta en esas circunstancias; a veces, cuando los padres biológicos mueren, entonces un niño queda desamparado, y ahí también se da una adopción, solo que en ese caso no existió un abandono: ese niño no fue entregado en adopción por sus padres biológicos. En esa circunstancia, la persona que fue adoptada no trae consigo esa carga tan grande de sentimientos encontrados y daños que el rechazo y el abandono pueden generar.

¿Qué es el abandono? ¿Es posible que se pueda entender esta palabra de manera diferente, cuando tiene un significado que se puede encontrar en cualquier diccionario?

Cuando un niño es abandonado, quiere decir que voluntariamente se le dejó, que voluntariamente se decidió darlo, regalarlo, venderlo, entregarlo, cederlo, depositarlo en una casa hogar o el lugar que haya sido. Tal vez se tomó esa decisión para evitarle al pequeño un daño mayor, esa es una buena posibilidad, cuando uno se empeña en buscar razones para entender semejante acto. Y digo semejante acto porque el abandono lastima, el abandono hace daño; abandonar no genera felicidad: el abandono deja una herida… Y si no se siente bien, es porque no está bien abandonar.

Esto me hace recordar el día que hablé con mi progenitora. Ella estaba muy agobiada diciéndome que todo había estado en su contra en el momento en que yo nací. Por mucho tiempo, para mí sus razones, fueron solo pretextos, porque yo estaba llena de dolor y coraje, ya que yo sí había sentido su rechazo y su abandono. La historia que me contó y los detalles de esta para mí solo fueron puro dolor, aunque, más tarde, al trabajar mi historia en terapia, todo eso tuvo sentido para mí. Ella me dijo que cuando supo que estaba embarazada no sabía qué hacer, que ocultaron su embarazo de su papá, que se tenía que fajar para que no se dieran cuenta de su embarazo, que estaba llena de miedo, vergüenza, coraje, descontrol, tristeza, y que no contó con el apoyo de “pareja”, o sea, de mi progenitor, y que su familia no la apoyó para nada. Bueno, sí la apoyó: lo hizo solo para poder entregar en adopción a ese bebé que venía en camino, a quien ella no estaba dispuesta a cuidar porque su vida apenas empezaba: tenía solo 19 años.
Eso fue exactamente lo que yo sentí cuando empezaba mi vida, cuando nací. Sentí su abandono, me faltaron sus brazos, me faltó su amor, me faltó su cariño y me faltaron sus cuidados. ¡Y realmente me dolió, y mucho! Por un buen tiempo lamenté que ella no me hubiera querido; incluso, pensé que de alguna manera yo había tenido la culpa de que ella me hubiera dejado. Fue muy difícil dejar todo eso atrás; sin embargo, lo hice, porque así lo decidí. Lo he contado en otros escritos: ¡yo llegué al punto en que no podía más!, y ahí todo cambió.
Al hablar con mi progenitora, entendí que esa fue la decisión que ella tomó cuando yo nací: ella decidió darme a mis papás. Ella decidió abandonarme y dar la media vuelta, e irse a vivir su vida, así como se lee. Realmente así fue. Los factores que ella consideró para tomar la decisión, ella los sabe bien, y para ella fueron lo suficientemente fuertes como para regalar a su bebé recién nacida.
Con los años, todo cambió; pude aceptar muchas cosas alrededor de su historia que anteriormente no tenían sentido alguno para mí. Entendí también que en realidad cuando una mujer no planea ser madre o no desea ser madre o se le cierra el mundo a la hora de saber que está generando una vida, lo mejor que puede sucederle a un bebé es que sea adoptado.
Por otro lado existen muchas parejas que por diferentes circunstancias de la vida no han podido formar una familia, y están deseosos de ser padres, se preparan y se informan para vivir la adopción de la mejor manera posible. Es entonces que el abandono se convierte en la base de la adopción, me parece muy importante que las parejas interesadas en adoptar así como las que ya adoptaron se preparen para hablar del abandono con sus hijos, tal vez preguntándose que de la historia les cuesta más trabajo hablar con su hijo y reflexionando el porque, eso es lo más sano, hablarle de su historia sin minimizar ni endulzar ningún detalle, apegándose siempre a la realidad, es aquí donde es muy recomendable contar con la asesoría de un profesional especializado en adopción pues el adecuado manejo de esta situación especial en la vida de las familias formadas por medio de la adopción representa una mejor oportunidad de vida para todos los involucrados.

Felices Vacaciones de verano : )
Mónica C.U.



martes, 22 de mayo de 2012

Hablemos de Adopción


Este mes quiero compartirles una entrada que prepare pues una mamá por medio de la adopción me invito a que participara en su blog. Agradezco mucho a Rosa Fernandez pues me dio la oportunidad de seguir hablando de adopción : ) Ella tiene un espacio que visito muy seguido, siempre esta compartiendo sus reflexiones como madre, sus vivencias, las dificultades que a veces encuentra, sus retos y alegrías además de información muy útil en el día a día con la adopción.
Se los recomiendo!

Dentro de mi experiencia como hija adoptiva y terapeuta especializada en el tema te comparto algunos puntos que son de suma importancia para lograr la armonía como familia formada por medio de la adopción.

  1. RECONOCER que un niño adoptado tuvo un comienzo difícil en la vida, aún los niños que han sido adoptados al nacer, la mayoría de los adoptados sufrimos el abandono de las personas que nos dieron la vida y así llegamos a nuestra nueva familia. En los mejores casos los niños que han sido adoptados llevan consigo sólo la pérdida, de sus padres de origen, su familia biológica. Si el niño vivió un proceso de institucionalización, tal vez, sufrió más de una pérdida, en algunos casos, maltrato, abuso o trauma. Muchos de los que hemos sido adoptados fuimos producto de un embarazo no deseado, esto es difícil de entender y aceptar, esto quiere decir que pasamos alrededor de 9 meses sintiendo rechazo, tristeza, coraje y solo Dios sabe cuántas emociones negativas más, esto, antes de nacer. Después, al nacer vivimos el abandono de la persona que nos dio la vida. Esto deja una herida profunda, difícil de entender, difícil de manejar y que en mi opinión SI es posible superar.

  2. HABLAR CON LA VERDAD, tomar la decisión de respetar siempre la historia de tu hijo, ser honesto con él. Esa es la mejor manera de darle claridad y seguridad en la vida. Aquí me permito incluir una fuerte recomendación, nunca endulzar o minimizar ningún aspecto de la historia por más difícil que a muchos les pueda parecer, eso hace mucho daño. Por ejemplo se de padres que dicen: Tu mamá te quiso tanto que te dejo en un lugar especial y hermoso para que una familia te pudiera encontrar, todo porque de verdad te amaba. Como padre adoptivo debes entender que eso no es amor y que aunque te de miedo decirle la verdad, siempre será mejor eso que una mentira “piadosa”. Recuerda que el abandono no es de ninguna forma un acto de amor. En muchos casos ese abandono evito un daño mucho mayor al niño y además lo llevo a una familia amorosa, sin embargo, no es un acto de amor.

  3. APRENDER A HABLAR DE ADOPCIÓN, cada familia debe encontrar la mejor forma de hablar de adopción en casa y con su familia extendida, lograr que sea un tema libre y en familia decidir qué información consideran como privada y qué información se compartirá con los demás. Ahora, entre más pronto empieces, mejor, tu hijo quizá no conoce aún palabra alguna, sin embargo, hacerlo cotidianamente ayudará a que el tema sea muy natural para ti, así que en el momento que lo empiecen a dialogar, para ti será algo común. Algunas herramientas muy útiles para lograrlo son los libros y películas, lo más importante de esto es comentarlos en familia, hablar de lo que leyeron o vieron y lo que más les llamó la atención.

  4. FORMAR UN APEGO SEGURO. Esto es formar un lazo afectivo fuerte y sano que ayudara en muy buena medida a superar las complicaciones que se presentan por haber sufrido abandono y/o maltrato. Es muy importante saber que el niño adoptado vive en duelo al mismo tiempo que está formando lazos de apego con sus padres, integrándose a su familia, va al colegio, se relaciona socialmente y debe alcanzar algunos estándares educativos acordes a su edad. Para formar este apego Deborah D. Gray comenta algunos pasos:
    1. Trabajar con él en la construcción de un ciclo de refuerzos positivos. Muchos niños saben que obtienen atención al portarse mal, es mucho mejor darle atención cuando hace las cosas bien, aunque sea en pequeños detalles.
    2. Evitar a toda costa castigar el mal comportamiento con consecuencias para el mal comportamiento que incluyan dolor, tiempo a solas o tiempo fuera. Este tipo de castigos empeoran las cosas y dañan el apego formado con todos los niños, especialmente con los que han sufrido abuso, maltrato o abandono.
    3. Realiza actividades que fomenten su creatividad y de ser posible su sensibilidad.
    4. Pasar tiempo jugando con el niño, escoger algún juego de mesa, dibujo o lectura. En los casos de adopciones de niños mayores,te sorprenderías al saber que muchos niños no han tenido la oportunidad de aprender a jugar. 
    5. BUSCAR AYUDA PROFESIONAL ESPECIALIZADA, es muy importante que tengas claro que la terapia es temporal, contrario a lo que comúnmente, se cree. Este proceso es diferente de antes que duraba años y años. Ten presente que la terapia si será necesaria en diferentes etapas de la vida aunque no de por vida. Los que hemos sido adoptados llegamos a etapas en la vida que nos “desacomodan emocionalmente” por ejemplo, cuando sufrimos alguna perdida, cuando decidimos vivir en pareja o al tener un hijo, etc. Estos y otros temas pueden ser detonantes de situaciones que descontrolen emocionalmente.
Lo mejor de todo esto es que lo padres por medio de la adopción son mayormente personas con muchas ganas de vivir la paternidad, que se preparan para el día a día y para lo que pueda aparecer de cuando en cuando, y me maravilla saber que hay muchos papás y mamás conscientes de esta situación.

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Mónica C. U.

domingo, 22 de abril de 2012

Como el Ave Fénix



Perdí a mis padres con dos años de diferencia entre sus muertes. Mi papá, el mejor papá del mundo, se fue primero y de una manera repentina, sufrió un infarto fulminante que acabó con su vida, seguir viviendo sin él fue muy difícil de verdad. Un día estaba con nosotros y al día siguiente se había ido para siempre. Ese día es el que recuerdo como el peor día de mi vida, el más doloroso y definitivamente eso no cambiará, además fue un día que temí por mucho tiempo que llegara hasta que llegó. Pasé años sufriendo por lo que inevitablemente sucedería algún día. El momento que sufrí y llore tantas veces durante años, mucho antes que sucediera finalmente llegó, a partir del día de la muerte de mi papá empecé a sufrir más. Ahora se que suspendí mi vida, y entré de lleno a la tristeza y la negatividad, hoy entiendo que estaba viviendo un duelo sin resolver al tiempo que sufría la segunda pérdida más fuerte en mi vida, perdí a quien era más importante para mi.

Mi papá fue el único que día a día me dio amor, atención, cariño, tiempo, apoyo y sobre todo buenos tratos, además, me dio un ejemplo de vida, de amor, enorme, pensar en él como papá adoptivo es totalmente fuera de lugar, fue mi papá, y punto.

Realmente me hubiera gustado mucho hablar con él de mi origen, cómo fue que llegué con él y mi mamá. Años después me enteré que este tema lo agobiaba mucho, después de su muerte, algunas personas de la familia me comentaron que el les pidió que por favor no me dijeran nunca nada de mi adopción y que si lo hacían que fuera hasta que muriera, esto tampoco lo hicieron, sino hasta que mi mamá murió.

Al año y medio de morir mi papá murió mi mamá, enfermó. El diagnostico fue terrible, cáncer terminal, después de 6 meses muy difíciles murió. Perdí a mi mamá y sentía que la vida era solo miedo, pérdida y llanto. Mi mamá me dio mucho cariño y amor durante toda su vida, también, hubo situaciones incongruentes, sin que ella y yo jamás habláramos del tema se que ella lamentaba no haber tenido hijos, no haber podido dar vida. Aún así me dio lo mejor de ella, y finalmente, algunos días antes de que falleciera, conocí la verdad. A los 30 años, por fin empecé a resolver tres duelos que tenia pendientes en mi vida. A los 30 años empecé a conocer mi historia y a llorar mis tres pérdidas con mucha intensidad. Llegué a un momento de mi vida en el que no tenía ganas de vivir, todo empezó a cambiar cuando casi a rastras una amiga me llevó a la oficina de una psicoterapeuta, gracias a Dios por mi amiga, a partir de ese momento todo empezó a cambiar. Pasó un tiempo y por fin logré dejar atrás todo ese dolor, toda la tristeza, angustia y descontrol llegaron a su final.
Hoy mi misión de vida es dedicarme a encontrar la manera de dejar mi aportación en el mundo de la adopción porque se que la adopción puede ser lo mejor que puede pasarle a una persona que ha sido abandonada o que quedo en una situación de desamparo en el comienzo de su vida, yo lo viví como muchos lo han vivido.
El abandono que sufrí al inicio de mi vida dejó una herida muy profunda y la forma en la que mis padres decidieron manejar mi adopción como un secreto no ayudó a superar ese dolor, sin embargo, viví con mucho amor y cariño con unos padres que hicieron todo para procurar mi bienestar.

Para consolidar mi misión de vida, entre otras cosas, participo en talleres para futuros padres adoptivos, en algunos comparto mi testimonio de vida, hablo de la experiencia de la pérdida y abandono, lo cierto es que siempre que hablo de mi historia me supera la emoción.

En algunas ocasiones después de compartir mi testimonio me han comentado, que soy como el Ave Fénix, a pesar de un comienzo difícil en la vida, de vivir sabiendo sin saber de mi adopción, de vivir en un secreto que yo conocía y de sufrir pérdidas tan fuertes en la vida, de haberme sumergido en la tristeza y depresión logré resurgir, agradecer el amor de mis padres, recuperar el amor por vivir, tomar acciones y dedicarme de lleno a trabajar para mejorar la vida de padres e hijos que son familia por medio de la adopción y día a día en mi práctica como psicoterapeuta, me doy cuenta que las personas si logran cambios que mejoran mucho su calidad de vida, lo cual es motivo de gran felicidad y gran satisfacción.


Mónica C. U.

jueves, 22 de marzo de 2012

Hija Adoptiva, Madre Biológica


Después de una larga espera, ya estaba cerca el momento, solo faltaba una semana para que naciera mi segundo bebé. Durante todo el embarazo los estudios indicaban que sería madre de un niño, el segundo niño, ¡me sentía muy feliz! porque en mi mente siempre estuvo instalado el sueño de tener 3 varones.

Esa semana el Doctor me dijo que se había equivocado y que sin lugar a nuevas dudas tendría una niña. En ese momento entre en estado de shock pues no podía creer que fuera a tener una niña. Recuerdo que me sentí desconcertada, además, ¡no tenia nada preparado para una niña! Salí corriendo a comprar algo y lo único que encontré fue una almohadita que tenia un elefante rosa pequeñito, eso fue lo primero que compré a mi hija, mi niña. Me seguía sintiendo muy desconcertada, tener una niña era algo alarmante y pensé “Una niña, ¡¿qué voy a hacer con una niña?!” Ese era un pensamiento constante, no tenía una razón clara de por qué era así, sin embargo, así fue, sentía un rechazo muy fuerte hacia ella y me costaba mucho trabajo entender que tendría una niña en mi vida. Ahora se que algo estaba mal en mi aunque en ese momento lo desconocía.

Por fin llegó el día, nació mi bebé, una niña hermosa, sana y muy tranquila. De alguna forma sentía un rechazo hacia ella, no sabía como tratarla, vivir con ella, guiarla y por mucho tiempo centre mi atención en mi hijo pues no podía hacer mas. Mi hija pasaba todo el tiempo con su hermano y conmigo, la atendí y cuide lo mejor que pude, aún así, mi preferencia por mi hijo fue notoria. Personas cercanas en ese tiempo se dieron cuenta de esta situación y más de una lo comentó, mi reacción fue de coraje, no aceptaba lo que decían, después de todo, las consideraba gente entrometida y malintencionada de quien tenía que alejarme y así pasaron los años.

Se que mi hija sintió ese rechazo y que la lastime, es un tema fuerte que logramos hablar abiertamente hace algún tiempo, me disculpé por lo ocurrido y ella encontró la forma de entender y superarlo.

Cuando ella tenía 6 años me entere que fui adoptada, dicho de otra forma, confirmé lo que siempre sospeché, así como lo he mencionado en otros escritos. Los primeros días sentí que estaba “echada a perder”, que debía tener algo muy malo pues las personas que me dieron la vida no me quisieron. Entonces me llene de preguntas sin respuestas que me dedique a encontrar pues mi progenitora estaba realmente cerca porque es mi prima hermana que vivía en otra ciudad, esa prima a la que tanto me parecía físicamente, de hecho, era a la única persona a la que me parecía de toda la familia.

Llegado el tiempo, algunos meses después, me armé de valor y me atreví a hablar con ella por primera vez y un año mas tarde tuvimos una segunda platica en la que ella empezó a contarme con notable estrés el por qué me abandonó y dio en adopción. Con ojos muy expresivos y voz alterada empezó a contar como todo en su vida estaba en su contra en ese momento y por qué ella no pudo quedarse con su bebé. De repente dijo, “Y fuiste niña, ¡¿qué iba a hacer con una niña?! No podía quedarme con una niña, hasta me hubieras podido quitar a mi novio” En ese momento quede paralizada no pude seguir hablando del tema, no pude preguntarle nada, no pude emitir sonido alguno, me quede callada sintiéndome muy muy mal y por varias razones.

Lo primero que pensé es que había que estar mal de la cabeza para llegar a la conclusión de que la bebé que acabas de parir algún día te podría quitar a tu novio, me pareció realmente enfermo pensar eso, después, entendí el sentimiento de rechazo que sentí por el hecho de ser niña. Como ella lo dijo, parece que eso eliminó las dudas de abandonar a su bebita recién nacida.

En ese momento se acomodó una de las piezas más incongruentes que he tenido que poner en su lugar, fue algo doloroso, también, fue como obtener una clara explicación del rechazo hacia mi hija al saber que era niña, qué otra razón podría haber. Era totalmente incongruente tener tantos deseos de ser madre y al tenerla sentir rechazo. No había nada en mi vida para que rechazara a mi bebé.

Cualquiera que fuera el caso pensar las cosas así me dio la solución, si sirve de algo mencionarlo, sentí en el fondo de mi alma que esa era la razón de tan terrible actitud, fue claro para mi que proyecte en mi hija el rechazo que sentí por ser niña en el momento que tuve a la mía. Ese fue un momento en el que me sentí superada por mis actitudes incongruentes la terapia ayudó mucho a mejorar la relación con mi hija. Mi vida y mis sentimientos contradictorios hacia mi hija cambiaron totalmente a partir de ese momento y eso es más que suficiente.

Los sentimientos, emociones, y conclusiones que mi progenitora vivió justo en el momento de mi nacimiento me hicieron entender el error tan grande que yo cometía al sentir rechazo hacia mi hija, una niña que solo me daba paz, amor y que físicamente era idéntica a mi, sobre todo de chiquita. Gracias a Dios entendí que mi actitud era mala, dañina y con el tiempo logré cambiarla. Llego el momento que disfruté tener una niña, alguien tan maravillosa. Tomó tiempo, aunque logré entender esa situación y cambiarla aún cuando ella era todavía una niña.

Mis hijos son una gran bendición y solo puedo agradecer a Dios y a la Vida que hoy los puedo disfrutar plenamente con salud, amor y bienestar.

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Mónica C.U.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Mi adolescencia


El recuerdo más fuerte de mi adolescencia es el tremendo deseo de convertirme en mamá, realmente era una obsesión, pues vivía esperando que eso sucediera, llegaba un cumpleaños más y yo solo recuerdo llorar porque no tenía un hijo, un hermoso niño a mi lado ¡quería un niño! para abrazarlo y cuidarlo, verlo crecer y acompañarlo toda la vida, para disfrutar todas sus actividades, para orientarlo y verlo feliz día a día, para que estuviera conmigo siempre; porque además constantemente me agobiaba con el miedo de que mis papás iban a morir, le pedía a Dios con todas mis fuerzas que no sucediera pronto, de que estuvieran conmigo toda mi vida. Sabia que eso no era posible, así que la mejor manera de asegurar que no me iba a quedar sola, que siempre iba a tener una familia, era teniendo un hijo y temprano en la vida lo logré.

Recuerdo muy vivamente que a mis quince años, llegué a la conclusión de mi origen, tuve la certeza de que había sido adoptada y decidí no decir a mis papás lo que pensaba, lo que sentía y muchos años después entendí el por qué de esa decisión, “LEALTAD” hacia mis padres, no podía lastimarlos así, esa nunca fue una opción.

Reprimí todas esas emociones, que obviamente tuvieron su repercusión inmediata y a largo plazo, en diferentes etapas de mi vida. Por ejemplo en la escuela, fue casi imposible poner atención, solo tenía una idea ¡quería un bebé! y solo yo lo sabia, así que como estudiaba cerca de un hospital particular, me salia de la escuela muy seguido para ir al cunero a ver bebés recién nacidos, recuerdo estar fascinada esas tardes en las que pasaba ahí un muy buen rato, me paraba ahí y veía a los hermosos recién nacidos y me imaginaba abrazando a uno de ellos, me gustaba mucho visualizarme siendo una mamá muy amorosa y pensándolo bien, no recuerdo haber llevado a nadie conmigo, no creo que alguien se hubiera dado cuenta, pues era algo que jamás platicaba. Se que mis compañeras de clase se salían también de la escuela, solo que ellas se iban al centro comercial o al zoológico y otros lugares divertidos y muchas veces las acompañé, pero digamos que ellas siempre iban a todos lados pero nunca a un hospital a ver bebés .
Llegó el momento de tener a mi bebe en mis brazos ¡fui la más feliz ese día! no había nada mejor en la vida que tenerlo cerca de mí, solo pensaba como estar con ÉL lo mejor posible, además mis papás fueron unos abuelos muy felices y muy consentidores.

Esa fue mi adolescencia, emocionalmente muy confundida, solo tenía un objetivo claro: ser mamá y lo logré, la adolescencia es una etapa complicada para todos, de lo que si estoy segura es de que una persona que ha sido adoptada, tiene una carga extra pues uno de los procesos más importantes de esta etapa como lo es  la formación de la identidad, puede verse afectado.
Es el momento en que seria conveniente entrar en psicoterapia por ser un proceso delicado, para ayudar a una persona que ha sido adoptada porque no se tiene toda la información de su vida, especialmente de su origen.

Mónica C.U.

domingo, 22 de enero de 2012

Una niña y su duelo


Recuerdo vivamente cuando yo era una niña, tan angustiada y tan feliz, tan triste y tan feliz, tan agobiada y tan feliz. Recuerdo esperar a que se hiciera de noche para poder llorar cuando nadie me viera. Por mucho tiempo no lo entendí, me confundió y me enojó sentirme así, constantemente me preguntaba ¿de dónde viene tanta tristeza? ¿de dónde vienen tantas ganas de llorar? Todo esta tan bien!!

Recuerdo que durante mi niñez me sorprendía mucho cuando veía a otras niñas disfrutar sus juegos, reír, en fin, disfrutar el momento, además lo hacían con una gran sonrisa, eran felices así nada más. Lo que más me sorprendía es que a pesar de estar ahí y que fuera una situación agradable yo apenas podía sonreír, recuerdo que pensaba ¿Cómo puede estar tan feliz? La mayor parte de mis recuerdos son en los que estaba a la defensiva, en otros, distraída y triste. Físicamente tuve algunas manifestaciones de estrés, la que si llegó a notarse fue porque me mordía mucho la lengua y me lastimaba, al grado que llego un momento en que por el dolor de lo que me había hecho, me impedía comer. Cuando mis Papás se dieron cuenta, me llevaron al médico y el dijo que no tenía nada, que eso normalmente se presentaba como resultado de situaciones de mucho estrés, ellos me preguntaron que porqué estaba tan nerviosa, yo no quería decirles nada de lo que sentía dentro de mí, de lo que yo estaba viviendo cada noche. No había nada aparentemente malo, tenía buenas calificaciones, los problemas de la escuela no eran nada trascendental, todo estaba muy por debajo del radar, por llamarlo de alguna manera.

Recuerdo muy bien cómo me llamaba la atención las mamás que cuidaban mucho de sus hijos, las que estaban presentes en la vida de sus hijos, incluso, algunas de ellas fueron a regañarme por hacer llorar a sus hijas, por hacerlas sentir mal y yo solo pensaba “cuando yo sea Mamá, seré como ellas” y así lo fui. Esto en ningún momento es que mi Mamá estuviera distante de mi, simplemente es lo que llamaba más mi atención.

Hubo algunas niñas que eran como un imán para mi, hijas de amigas de mi Mamá, y otras, compañeras en la escuela, niñas que siempre estaban muy tranquilas, que disfrutaban los juegos, las platicas, la convivencia, ahora se que eran niñas que se dedicaban a lo que una niña normalmente hace, ser felices disfrutando el momento. Ésta era una situación muy difícil de entender y lo único que venía a mi mente en ese momento era encontrar la forma de molestarlas y que pasaran un mal rato, quizá alguna broma pesada, lo que fuera necesario para hacerlas sentir mal en ese momento. Hoy entiendo que esto es algo terrible y la verdad no me siento bien de haberlo vivido, sin embargo, así fue y no lo entendí por mucho tiempo. Afortunadamente, el buen ejemplo en mi casa con mis Papás en un ambiente tranquilo y de mucha comunicación, especialmente con mi Papá, me ayudo a controlar ese coraje hacia lo “bonito”, lo “bueno”.

Algo que también me sorprendía mucho, era como esa niñas podían hacer y disfrutar de actividades tan simples como dibujar o jugar algún juego de mesa, es más, eran muy buenas hacíendolo, además, lo disfrutaban lo que para mi, era un don especial. ¿Cómo pueden disfrutar tanto? ¿Cómo pueden ser tan seguras de si mismas? ¿Cómo pueden ser tan buenas en lo que hacen? Y más aún, ¿Cómo si yo estoy ahí, no lo puedo disfrutar también? Era como si yo no tuviera ese don que ellas tenían, ese poder mágico para disfrutar cada momento, ese poder de concentración. Constantemente estaba nerviosa y molesta, siempre a la defensiva, siempre atenta a algo que no estaba ahí, con ese terror a que algo muy malo podía suceder en cualquier momento, esto me limitaba mucho para poder disfrutar los juegos y la convivencia hasta que me acostumbre a vivir así... y así paso mi niñez.

Mucho tiempo después entendí que yo tenía un duelo sin resolver y sin reconocer. Es por eso que el tema del duelo en la adopción me parece crucial y que requiere la atención de todos los padres, pues si queda sin resolver, afectará el desarrollo del niño en sus interacciones y crecimiento, incluso, hacer que la personalidad del niño quede oculta dentro de este cúmulo de emociones negativas, pues siempre va a estar “ocupado” pensando en eso que no entiende y que no tiene ni la menor idea de dónde viene, tampoco podrá entender porqué reacciona así. Lo más delicado es que puede llegar a acostumbrarse a vivir así, mientras más tiempo pase más difícil será el proceso.

Los expertos dicen que es de suma importancia ayudar a los niños a pasar por sus etapas de duelo ya que no tienen la fuerza o entereza emocional para hacer este proceso por su propia cuenta. Si no reciben ayuda especializada y el apoyo de sus padres, ¡podrán quedarse estancados en esa situación toda la vida!

Se que lo primero que se necesita para que una adopción se viva mejor es RECONOCER que el niño adoptado a sufrido un abandono, en la mayoría de los casos, aunque hay niños que han sido dados en adopción porque sus padres mueren, ese puede ser un ejemplo de los que no llevan un abandono a cuestas, sin embargo, es importante reconocer que en todos los casos los que hemos sido adoptados hemos sufrido pérdidas al comienzo de nuestras vidas, por parte de las personas que “debieron” cuidarnos, protegernos y darnos amor en la vida, justo en el momento que estábamos más indefensos, cuando no teníamos ni voz ni voto en esa decisión.
Entonces un niño/a que fue adoptado al nacer o que fue separado de su familia e institucionalizado puede estar en duelo por perder a sus padres y por otras muy variadas razones, por ejemplo, por haber perdido la oportunidad de crecer en su familia de origen, o por la simple idea de lo que “hubiera” sido su vida si no lo “hubieran” abandonado, el duelo de cada uno es muy particular, es único. Ahora, es importante comentar que el mejor momento para solucionar y superar este duelo es la niñez.

Yo fui dada en adopción al nacer pues las personas que me dieron la vida así lo decidieron, yo si sentí ese abandono y ese rechazo, la pareja que me adopto, mi Papás, no supieron manejar mi adopción, me ocultaron mi origen, mi historia, yo siempre sentí, supe, que había algo que no estaba bien en mi vida, también sentí que ellos me desearon y amaron cada uno de sus días aunque nunca hablaron conmigo de mi adopción. Me dieron mucho amor y se que me hubiera gustado mucho platicar con ellos de todo esto que paso, de mi adopción, escuchar sus opiniones al respecto y que me orientaran en mis pensamientos y reacciones, estoy segura que todo hubiera pasado al cabo de un tiempo.

La adopción es solo un proceso y puede ser lo mas maravilloso en la experiencia de la familia, por eso es tan importante que los padres estén preparados y tengan conocimiento de las situaciones que se pueden presentar con sus hijas/os. Especialmente prepararse enfrentando sus propios miedos para poder tratar los temas de adopción y origen con sus hijos y lo pueden hacer ayudándose de un profesional para que llegado el momento, cada etapa sea una etapa superada más, en el libro de los recuerdos.

Mónica C.U.