Hablemos de Adopción, Siempre!

jueves, 22 de noviembre de 2012

Hablar con la verdad


No hace mucho tiempo, al terminar una participación en un taller para padres adoptivos, un futuro padre me pregunto: ¿Mónica crees que el problema en el cual los padres no hablan con la verdad a su hijo, ya no es un problema actual?

Me hubiera gustado mucho poder contestarle afirmativamente, decirle que eso es algo del pasado, mas no pude hacerlo pues en realidad es algo que se sigue presentando.

Yo nací en los sesenta y en ese tiempo las adopciones mayormente eran ilegales; en realidad no he conocido un caso de alguien de mi edad que haya tenido una adopción legal. En aquel tiempo registraban al bebe bajo su nombre como si hubiera sido su hijo/a biológico. En muchas ocasiones empezaba una vida de la mano de un secreto, se resolvía como comúnmente se dice “tapando el sol con un dedo”. Algo que por mucho tiempo nadie me dijo y yo siempre supe, ya que siempre lo sentí, como lo he platicado en otras ocasiones.

Viví en un secreto que hizo incluso que en algunas ocasiones, me sintiera ajena a determinado círculo en el que otra gente si estaba. Por ejemplo, alguna ocasión cuando mi mamá estaba hablando con alguna persona la cual no podía tener hijos, ella le sugería: “Deberías adoptar” mirándome justo en ese preciso instante. Una de las cosas más difíciles para mí en ese momento, fue escuchar a mi mamá decir esa frase con tanto amor y diferenciar su mirada de una mirada común.

Hablar con la verdad es uno de los temas más difíciles que hay, especialmente en las familias formadas por medio de la adopción. He conocido casos hoy en día en los que los padres afirman que la verdad es algo que siempre han manejado desde casa, pero lo que se maneja en realidad es una “verdad” endulzada o exagerada y cuando esto sucede, entonces esa ya no es la realidad. Hablar con la verdad es un tema tan complicado en la mayoría de las ocasiones porque detrás de una adopción hay historias difíciles, fuertes y a veces hasta crueles.

Hablar del abandono no es un tema fácil, hablar de la muerte de los padres biológicos en circunstancias terribles, de maltrato, de descuido o de abuso, por mencionar solo algunas de las situaciones que se encuentran continuamente detrás de una adopción; en ocasiones es prácticamente imposible. Dialogar con un niño puede resultar un tema que a los padres les puede parecer simplemente fuera de lugar, les puede parecer cruel, incluso hasta atroz. Si los padres no tienen conocimiento y preparación para hacerlo, tienen razón en sentir miedo. En ocasiones se decide día a día posponer la verdad, cuando lo peor que se puede hacer es precisamente eso, posponerlo, esperar a que crezca para que así pueda entender, eso puede parecer lo más sensato y lógico, sin embargo no es así, es una medida que daña, que vulnera, será una mentira con la que el/la hijo adoptivo vivirá durante su niñez, eso lastimará y causará un daño. Imagina por un momento que tus padres te mientan con tanto amor y además te engañen. Siempre hay que tener en consideración las consecuencias de esto mismas que son las que vivirá el hijo/a adoptivo que creció con tanto amor de parte de sus padres.

En realidad, hablar con la verdad puede ser algo mucho más sencillo de lo que la mayoría de la gente piensa, yo estoy de acuerdo con lo que dicen los expertos, lo mejor es resolver lo más difícil y doloroso durante la niñez, claro, poco a poco y siempre respetando la edad. En mi opinión la mejor manera de hacer esto es con ayuda de un terapeuta que conozca y entienda el tema del abandono y de la adopción. Es aquí que me atrevo a comentar que solo algunos terapeutas pueden ser de ayuda en estos casos, insisto es importante que sea un terapeuta que conozca del tema, y es todavía mas importante que la terapia de resultados a corto y mediano plazo, pues si no es así, ¿cuál seria el caso de tener ayuda profesional? También es muy importante saber que esto será una medida temporal y por etapas. Lo cierto es que el mejor momento para solucionar este tema definitivamente es antes de la adolescencia, pues es ahí cuando empiezan otros procesos psicológicos en el ser humano que suelen desestabilizar, es una época en la que empiezan a integrar su identidad y un/una joven adoptado/a tiene, por explicarlo de cierta forma, una carga doble que tendrá que resolver y acomodar durante esos tiempos tan turbulentos.

Esto es parte de mi misión en la vida, hacer saber a las personas que ocultar información a su hijo respecto a su origen es mentir; endulzar los hechos es mentir; exagerar los hechos es mentir; y me parece importante que las personas recuerden que el niño en realidad ya lo sabe todo, pues ¡él es quien lo vivió! Quizá no lo tenga en un nivel consciente, pero aun así ¡lo sabe!
Prepararse y buscar ayuda para resolver en el mejor momento las situaciones difíciles y dolorosas que conlleva la adopción, puede traducirse en una gran diferencia para disfrutar en familia y sobre todo para que los niños que han sido adoptados logren vivir una vida plena y feliz día con día.

Gracias por leer!   ;  )

Mónica Castañeda U.